No te lo dicen nunca, hasta que un d�a lo pod�s expresar en palabras, hasta que en un bendito momento podemos nombrarlo, llamarlo, decir ac� est�
Y es que las mujeres nacemos con un monstruo, crece con nosotros, durante mucho tiempo est� dormido, pero un buen d�a se despierta o lo despiertan y all� comienza un tiempo de revelaciones inesperadas.
Hoy mi monstruo est� tranquilo, hay �pocas en las que no y en esos momentos la paso, literalmente, mal, la ansiedad brota en mis conductas, la angustia me abraza, los caminos parecen invisibilizarse y las alternativas desaparecen.
El monstruo me habita, deforma mi imagen, sobre todo no deja lugar para el amor autoconstruido, me anula la conciencia del sentir, hay una aut�mata que es un t�tere de mi monstruo y sufro mucho porque no puedo controlarlo.
Hoy que estoy en paz con �l, lo abrazo, �l est� tan herido como yo, �l reacciona porque es fruto de lealtades familiares y sociales que se legan desde el inconsciente y cuando no pod�s cumplir con esos malditos mandatos e imposiciones, all� despierta con toda su furia, con esa herida que brota dolor por no ser lo suficiente para el molde que han determinado que debemos ser�
Quisiera decirle a mi monstruo que no despierte m�s, pero en realidad lo que necesito es que cuando lo haga, porque s� que me acompa�ar� hasta mi �ltimo aliento, pueda sentirse c�modo en esta dupla que somos, que no se llene de ira cuando escuche hablar mal del cuerpo que habita y que no se descontrole con h�bitos que lo y nos hieren.
Hoy miro a mi monstruo con amor, la vida no debe ser una lucha, la vida debe ser un tr�nsito bonito de conexi�n y ac� estamos�
Me amo, te amo, mi querido Monstruo�
Laura A. Pereyra - Yo la M�s Gorda de Todas
Nota publicada el 26 de Enero de 2023
Foto: Dafne Acevedo Gim�nez
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