La m�s gorda de todas soy yo y que nadie se atreva a decir lo contrario�
Nadie mejor que yo come hasta el hartazgo, la gula es mi pecado capital favorito, el hambre precisamente no es algo por lo que suelo transitar, pues ante el m�nimo atisbo tengo provisiones por donde se les ocurra�
Siempre hay un chocolatito amigo en alg�n caj�n, unos caramelos que me esperan en los bolsillos de la ropa, un delicioso trozo de pastel en alguna vidriera de panader�a que me dice �gordita, comeme, soy todo tuyo� y ante semejantes pedidos un tanto psic�ticos, soy absolutamente d�bil y me reconozco una y mil veces como la m�s gorda de todas.
Como dec�a mi abuela �sos pochita morfoni�, ni m�s ni menos, aqu� me tienen, entre aventuras con la comida y la vivencia cotidiana de ser una absoluta gorda, redonda, vaca, matrona, caderona, robusta, grandecita o como quieran amenizar el concepto, para muchos inc�modos, de decir o asumirse como gordo o gorda.
No s� si soy de la �poca equivocada, porque mientras las dietas est�n de moda, yo las pongo fuera de moda constantemente, las borro de mi mapa, cruzo la calle si viene una nutricionista, le escapo a las revistas que te prometen bajar 10 kilos en una semana, no hablo de calor�as, prote�nas y nada que se le parezca, como por el sencillo placer de comer, acci�n que muchos ha dejado de disfrutar a causa de la moda de ser lo que la naturaleza no te ha dado.
Yo soy gorda desde que nac�, tengo alma de gorda, mente de gorda y por m�s que baje de peso seguir� siendo gorda hasta el d�a que me muera. Para llegar a esta realidad he tenido que transitar un largo camino, en donde todo lo que hoy no hago en alg�n momento lo hice y creo que esas historias valen la pena contar, porque obviamente hay muchas gordas parecidas en este mundo, s�lo es cuesti�n de encontrarnos, aunque de algo tengo la certeza, yo soy la m�s gorda de todas�
Laura A. Pereyra - Yo la M�s Gorda de Todas - Noviembre de 2008 -
Ilustraci�n: Tara O�Brien
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