Maltrato escolar

Un aspecto que me preocupa y llama mucho la atención tiene que ver con el acoso escolar y el maltrato en los colegios de parte de niños a sus pares, que según el mirar de los primeros son diferentes, o sea gordos, altos, vizcos, bajos, que usan anteojos, que le faltan los dientes, que son de otro color de piel, que profesan una creencia distinta a la general de un curso, por sus vestimentas, por el pasar socio-económico de la familia, en fin los catalogan desde la subestimación y desde allí los bastardean.



Yo fui una nena gorda que padeció a ciertas compañeras y compañeros, básicamente porque no soportaban que yo arruinara su paisaje con mi figura rolliza, se ve que ser gorda era algo malo porque las palabras ofensivas que usaban en contra de mi persona eran absolutamente dolorosas, ni hablar de los gestos que acompañaban una destreza actoral tremenda de estos pequeñitos que sólo ocasionaban dolor.

A lo largo de los años he tratado de entender el por qué un niño, cuando se encuentra en la edad más pura de la infancia, tiene que conferir dolor y ser agresivo con otro par, que desde las diferencias es igual a él. Sinceramente no he encontrado demasiadas respuestas, sólo puedo alegar a favor de los niños victimarios que creo que no han recibido buenos ejemplos desde sus hogares.

Es fácil que muchos padres digan “yo educo bien a mis hijos” porque les enseñan letras, palotes, aritmética y a rezar, pero son incapaces de dar ejemplos saludables, critican frente a sus niños, discriminan a los que no son como ellos, se burlan de las discapacidades de otros o simplemente de que son distintos y esa simple y sutil diferencia los hace marcar abismos. Lo más triste es que perjudican a sus hijos, quienes se convierten en seres fóbicos de cualquiera que no encaje en esa estructura mental y así todos los que no hemos encajado en el cuadrado de certezas, hemos tenido que padecer a estos niños que no fueron educados en valores.

Yo tuve que aguantar burlas, malos tratos, insultos por el simple hecho de ser cachetona, rolliza, por ser más alta que mis compañeritos, ellos no podían ver mis cualidades, ni mis ganas de jugar con todos. Tristemente la historia se repite a diario con muchísimos niños que salen al mundo y reciben una bofetada de crueldad y lo peor es que hay un mundo adulto autista que parece no reaccionar, ni actuar frente a este tipo de hechos crueles.

Repensar nuestras actitudes como adultos puede ser el mejor ejemplo para muchos niños y puede generar un mundo más igualitario para otros tantos…

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 6 de Octubre de 2010

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Aclaración de la autora: Los textos que aquí se encuentran son parte del pensamiento de una época de mi vida. Como todas las personas evolucionamos y no todo lo escrito en su momento es parte de mi pensar en la actualidad, sin embargo este blog muestra el crecimiento de mi persona y mi pensar respecto a la temática eje del blog.