Uno de los principios b�sicos para combatir los rollos de m�s es asistir regularmente al gimnasio, tarea que a�n para los flacos a veces resulta desgastante. Pero con nuestra mente en positivo comenzamos, con una energ�a extralimitada el primer d�a, que nos deja de cama por una semana hasta que nos podemos volver a mover.
As� volv�s al gym y te toca un personal trainner, con un lomazo terrible y con esp�ritu hitleriano, que te hace matar al m�ximo en la cinta durante 20 minutos hasta que sacas la lengua, prometiendo entre l�grimas que no volv�s a comer nunca m�s en tu vida, con tal de que te saquen de all�, lo que no sab�s que el plan de gorda que sacaste incluye matarte hasta que resucites tres veces por clase, por lo menos...
Despu�s sigue la clase de spinnig donde las piernas sienten el �cido vibrar en la sangre y parece que en cualquier momento salen corriendo solas, mientras el asiento se te mete en la raya del trasero provoc�ndote una incomodidad que no se puede detener porque el entrenador te grita "vamos vos pod�s..., 100 vueltas m�s y termin�s".
Mientras te siguen mintiendo que pronto el suplicio termina, nuestros colores van subiendo de tono, necesitamos desesperadamente agua, pero el expendedor est� demasiado lejos para nuestro gusto y es imposible para este cuerpito seguir gastando energ�a porque el profe te las est� consumiendo a todas con su delirio de querer que bajes todo lo que te llev� una vida engordar.
As�, destruidas, sudadas, con la lengua por el piso y el an�lisis profundo de ��yo quiero esto para mi vida?� llegamos a la clase de aer�bica, en donde una comparte con un grupo de diosas, que est�n vestidas para matar en pleno gym y cuyos abdominales marcados y buena forma se refleja en todos los espejos, que obviamente te gritan a vos �ten�s que ser como ellas�.
Por supuesto que una parece disl�xica en las primeras clases porque hace todo al rev�s del resto, no es raro chocarse con alg�n compa�ero cuando una va contra el mundo, todos corren y una marcha, todos suben, una baja, todos tonifican y una siente la flacidez que rebota como una afrenta a la moral.
Y mientras el resto disfruta de la vida saludable y una sabe claramente que es lo positivo para la vida, tambi�n se pregunta �en qu� momento se me ocurri� sumarme sufrimientos�.
Por �ltimo llegan los abdominales, a los que se odian fervientemente y por m�s que bajen la pancita, endurezcan todo y sean necesarios, una se siente la �ltima cadete del batall�n en un entrenamiento de guerra.
Cuando llega el momento de elongar, todos los compa�eros entran en estado alfa, mientras que una se desmaya literalmente y la tienen que venir a buscar en camilla y hacerle ejercicios de resucitaci�n.
Hacer gimnasia es necesario e intentar cada d�a estar un poco mejor vale la pena, aunque los esfuerzos a veces se parezcan a una tortura chica�
Yo la M�s Gorda de Todas