Las se�oras a veces suelen no tener l�mites, ni escr�pulos a la hora de hablar, menos a�n cuando se trata del cuerpo ajeno y por supuesto si hay una jovencita rellenita, con curvas y pancita, objetivo adecuado para ir sobre ella y verter opiniones sobre su cuerpo que no tienen raz�n para ser hechas, pero que sin embargo salen de sus bocas como escapando de un reclusorio.
�Ay, qu� gordita est�s, cu�ndo vas a bajar esos rollitos� escuch� decir semejante frase obesa a una se�ora excedida en a�os, cirug�as y poca amabilidad, a pesar de intentar dar con el tono amable, no lo logr� y precisamente se lo dijo a una adolescente que se perdi� en las rojas tonalidades que le aparecieron en su cara, mientras su madre, que estaba cerca, intentaba explicar que la nena hac�a dieta, como d�ndole la raz�n a esta se�ora carente de comentarios oportunos.
Me qued� mirando de lejos la situaci�n, observ� lo perdida que se sinti� la ni�a, inc�moda, se tap� un poco m�s su cuerpo con el buzo que ten�a, en una �poca donde el calor a�n resiste y sent� que deseaba que la tierra la tragara. Una sonrisa falsa trat� de sortear la situaci�n y por supuesto antes de irse la se�ora volvi� a la carga de sus consejos poco felices, dici�ndole �cuidate, com� poquito, sino no vas a conseguir novio, ni ropa, ni nada�.
A la jovencita se le borr� todo atisbo de alegr�a, por el contrario se le cambi� el rostro al punto de que hubiera salido llorando del lugar, se mordi� los labios, apret� sus manos con fuerza y camin� perdida, con una madre que intentaba explicarle que eran los comentarios de una se�ora mayor y la nena se sinti� a�n m�s sola�
Situaciones como estas las viv� en carne propia y cotidianamente suceden, podr�a asegurar con certeza que a diario muchas adolescentes padecen de escuchar hablar sobre sus cuerpos como si no les pertenecieran, como si por ser gordas los dem�s tuvieran el derecho para opinar de sus contexturas, de lo que deben o no hacer y lo peor de todo es que esos comentarios tan facilistas, para muchos, como el de �deb�s bajar de peso� pegan duro sobre la mente, cuerpo y esp�ritu de estas personas que a diario batallan entre el ser y el deber ser social.
Hay muchas chicas y tambi�n jovencitos a quienes estos comentarios destruyen al punto de caer en enfermedades como la anorexia o la bulimia y los que no, sienten frustraci�n, creen que son feos, que nada bueno se pueden merecer al tener un cuerpo as�.
Hablar del cuerpo ajeno y aconsejar sobre lo que se debe hacer con el mismo es una forma de violentar a la persona cuando no se dice en buenos t�rminos. Si fuera tan f�cil ser flaco estoy segura que muchas chicas y chicos optar�an por hacer un plan de alimentaci�n que acabara con sus kilos de m�s, que implican mucho m�s que grasa contenida, porque es sostenerse frente al mundo con los prejuicios que implica el ser gordo. Pero bajar los kilos es una tarea que requiere mucho m�s que cerrar la boca y comer con moderaci�n y lamentablemente los preconceptos siguen instalados atentando contra la sensibilidad.
Y tambi�n hay que tener en cuenta que muchos se sienten c�modos con sus cuerpos gordos, pero el imaginario social que se ha construido ha llevado a muchas personas a creer que lo correcto es ser como los patrones sociales, a�n a costa de la propia gen�tica que lleva a tener cuerpos m�s grandes o de las propias decisiones, porque, aunque suene extra�o, hay personas que gustan de ser gordos, m�s all� de las implicancias de su salud y esto tambi�n es una decisi�n frente a la vida, que se puede compartir o no, pero que tambi�n debe ser respetada.
Pienso en esta jovencita tratando de encontrar respuestas a los cuestionamientos de la se�ora, imagino respuestas tales como �qui�n determina que debo bajar de peso� o �qu� tristeza que para conseguir una pareja s�lo se requiera un cuerpo flaco�, sin embargo muchas veces las palabras que atacan al cuerpo, son precisamente las que uno se come en forma de amargura, de dolor y hasta de comida�
Comencemos a ser responsables de nuestras palabras y tambi�n a defender lo que somos, porque si estamos felices con nuestros cuerpos que nadie externo que crea que podemos estar mejor, seg�n su visi�n de la vida, nos haga creer lo contrario.
Y por otro lado, podemos sentir que nuestros cuerpos no son lo que esperamos, que queremos modificar muchos aspectos del mismo, es absolutamente entendible, pero a tener en cuenta de que los cambios se hacen desde el amor propio, respetando la naturaleza, buscando ser cada vez m�s nosotros y no una imagen ficticia de lo que nos quiere imponer el sistema.
Laura A. Pereyra - Yo la M�s Gorda de Todas
Nota publicada el 13 de Abril de 2011
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Aclaraci�n de la autora: Los textos que aqu� se encuentran son parte del pensamiento de una �poca de mi vida. Como todas las personas evolucionamos y no todo lo escrito en su momento es parte de mi pensar en la actualidad, sin embargo este blog muestra el crecimiento de mi persona y mi pensar respecto a la tem�tica eje del blog.