Y sin embargo, el mundo es redondo

No me gusta dar relevancia a personas que no lo merecen, sin embargo este espacio busca alzar la voz ante las injusticias y la discriminación y hay hechos que son absolutamente insoportables por el nivel de intolerancia social respecto a las personas que padecen obesidad.


Días atrás autoricé un comentario de un individuo que haciendo uso de la libre expresión, que todos merecemos tener, hizo un descargo sobre las personas gordas, sobre todo dirigido a las mujeres, donde se demostraba el grado inferior de evolución de su ser como para llegar a ser llamado hombre.

Escudado tras sus palabras insolentes, cobardes, absurdas, encapsuladas en un concepto de belleza que encaja sólo en una talla, se dedicó a degradar e insultar con comparaciones muy poco felices a todas las personas que sufrimos la obesidad, pero que también nos amamos como somos.

Este infradotado mental es un claro expositor de muchas otras voces que piensan de ese modo, las que durante años impusieron un modelo de belleza y relegaron a un último plano a las personas como nosotros, gordas, rellenitas, obesos, gorditos, seres humanos que construimos el mundo, que no nos bajamos de él, que seguimos dándole batalla a la discriminación de todo tipo…

Esta persona que hizo su descargo de agresión hacia las personas gordas nos demuestra sus miedos más profundos, su imposibilidad ante la convivencia con el que piensa o es diferente a él y muchos más son así, el tema es que frente a este nivel de locura social, nosotros, los gordos, debemos analizar con frialdad quiénes son los verdaderos enfermos, nosotros o los otros, esos que dicen ser perfectos, pero son incapaces de convivir en un mundo que paradójicamente es redondo…

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 23 de Julio de 2009

Foto: Pinterest/Freepik

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