Más amor, por favor

Los padres son los seres que por lógica más nos aman y siempre se preocupan por nuestro bienestar, la familia más amplia siempre está para demostrarnos su cariño.

Sin embargo en muchas ocasiones quienes más nos aman, sin darse cuenta, son quienes más nos hieren y se podría decir que hasta nos hacen daño…

Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos y todos aquellos que dicen propinar amor y estima ratificarán este concepto, pero en post de esto se dicen y hacen cosas que suelen ser muy duras para el que recibe las mencionadas muestras de afecto.

Una persona gorda sabe que lo es, como en muchas ocasiones lo hemos hablado hay muchas razones por las que se llega a la obesidad y no es un problema que se circunscribe a sólo comer, por ello bastante carga tiene este ser humano sobre su cuerpo y pensamientos como para que su entorno más íntimo le esté recalcando continuamente que “debe” bajar de peso.


A veces el amor se vuelve una tortura, una persecución constante donde te están midiendo lo que comés, la actividad física que desarrollás, las calorías consumidas y obviamente esperando saber cuántos kilos bajaste.

Es terrible, sépanlo, sentarse a comer y ser mirado, la sensación es que los otros esperan que uno no coma, porque sea lo que sea que uno ingiera, siempre será mucho para el pensamiento obeso de los otros y así llegan los comentarios hirientes, los chistes que intenta ser sutiles y que uno debe masticar ante cada comida familiar.

Los otros nos construyen a su medida, sin darse cuenta que nuestra medida es otra y a diario luchamos por estar bien, por aceptarnos en un mundo que siempre está tratando de marcarnos lo diferentes que somos, que nos impone parámetros y estereotipos en los que por lo general no encajamos, sin embargo nos mantenemos en la lucha por ser saludables, por tener calidad de vida y por amarnos con todo lo que somos, incluidos nuestros kilos, que parecieran tener que desaparecer para el placer de los demás…

Por eso lo único que necesitamos, en este mundo tan hostil, es que al menos nuestros familiares, esos que nos aman tanto y que entendemos que quieren vernos bien, comprendan que el amor es aceptación, que ayudarnos a bajar kilos no se logra a través del control, la ironía o los comentarios sobre lo que debemos hacer o no…

La libertad y fe que ellos pueden tener en nosotros son las mejores herramientas que nos ayudan a salir adelante de situaciones complejas como es la obesidad…


Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 28 de Abril de 2009

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