A veces el espejo no nos muestra la imagen que esperamos encontrar, hay días que nos refleja aquello que no queremos ver, que intentamos ocultar tras fajas, corsets o ropa grande.
Sin embargo allí frente a nosotros y en nosotros está nuestra completa humanidad, que según las reglas, los patrones de belleza y los comentarios de la sociedad, ese no es el cuerpo que deberíamos tener…
Y lo miramos, hasta el hartazgo, a veces sentimos bronca de cómo llegamos hasta ese punto, tanta obesidad dentro nuestro frente a un mundo que nos grita cuán diferente somos, cuán distintos y uno sin terminar de asumir que uno es eso también, una persona gorda.
Creo que muchas veces los ataques externos nos afectan tanto básicamente porque en algún punto nosotros avalamos ese pensamiento, nunca nos preguntamos por qué deberíamos ser flacos, con este planteo quiero quitar de lado la parte de la salud que es absolutamente necesaria, pero en este contexto de planteamientos es bueno reflexionar acerca de nuestro malestar en el mundo y ser absolutamente honestos que si no nos aceptamos con toda la racionalidad, con toda la verdad y hasta con el disfrute de lo que somos, difícilmente podremos ser felices.
Si en el espejo seguimos buscando a la flaca que nos comimos, si ante cada comida no podemos disfrutar de la misma por la culpa o por el deseo de comer más, o por las restricciones de la dieta, si continuamos ocultándonos bajo ropa enorme como si hiciera desaparecer nuestra gran magnitud, si nos seguimos negando a nosotros mismos la verdadera posibilidad de ser con lo que nos tocó en esta vida, difícilmente encontremos caminos hacia aceptación y una vida saludable…
Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas
Nota publicada el 20 de Agosto del 2009
Foto: Pinterest/Vogue
Facebook: @yolamasgordadetodasxl
Instagram: @yolamasgordadetodas