La tortura de comprar un pantalón

Otra vez salí a comprarme pantalones, tengo una colección de ellos en el ropero, no soy de las que le cuesta dar, pero se ve que conservo la esperanza de que algún día bajaré de peso y todos esos pantalones volverán a calzarme.


Sé que me miento, porque si ese día llega es muy probable que no los vuelva a usar, sin embargo allí están mirándome y dándole la bienvenida a un nuevo pantalón que es uno o dos talles más grande que el último que me compré.


La verdad es que no me siento orgullosa de contar esto, a veces me causa dolor que al tener un problema de salud mi peso aumente y me sea tan complicado manejarlo, no se imaginan lo cansada que estoy de hacer dietas y que no funcionen porque mi organismo tiende a subir de peso más que a bajar…


Amo los jeans, son mi pantalón de batalla y creo que de los que se pueden encontrar en casi todos los talles, obviamente siempre me compro de hombres porque de mujeres no hacen, sin embargo es algo de lo que estoy tan acostumbrada que ni siquiera vergüenza me causa pedirlos.


Salí a comprarme un nuevo jean a causa de que el último ya lo usaba con un botón desprendido y mi panza se lastimaba por estar tan ajustada… Creo que me resistía a comprarme un nuevo pantalón por el hecho de que me cuesta aceptar o asumir que sigo aumentando de peso y me cuesta controlar este incremento en mi vida…


Sin embargo y a pesar de todo, hay que seguir poniéndole la mejor sonrisa a la vida, alegrarse por lo que tenemos y seguir en la lucha… Quejarnos y no hacer nada no tiene sentido…

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 23 de Septiembre de 2009

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