La gorda de la foto

Me sorprende encontrarme a diario con situaciones que verdaderamente me llaman la atención, en particular cuando vienen de adultos que uno espera que sean cuidadosos y ante todo respetuosos con los demás.


La situación común que en muchos ámbitos sucede de ver fotos se tornó en mirar quiénes habían engordado a lo largo de los años y por ende burlarse de los mismos.


Yo sentadita, allí entre todos, pensaba para mí misma, nunca me saco una foto para que caiga en manos de estos, pues me imaginaba sus conversaciones “mirá acá está “Piggy” la chanchita de los Muppets que se sufrió una mutación y ahora es un elefante de circo” o sino “mirá la gorda, ahí parecía flaca”…


Como yo estoy inmune a esos comentarios y ya ni siquiera me tomo el tiempo de ponerme a discutir con gente con poca elongación cerebral, me dediqué a pensar y a mirar a los que criticaban a todos los que habían engordado, burlándose tan cruelmente que sinceramente pensaba en si ellos mismos se miraron al espejo, con una foto vieja al lado, porque el paso del tiempo es lapidario para todos.


He aprendido a no enfadarme más de la cuenta con este tipo de actitudes cotidianas que sólo muestran la insensibilidad de las personas en relación con los otros. Yo estoy convencida que a ciertos personajes les asusta tanto ser gordos que es su mecanismo de defensa y de rechazo, sin embargo dejan de tener en cuenta al otro, que no es un enemigo, ni la imagen de lo que no quieren ser… 


El otro, el gordo, es un ser humano, que merece ser respetado…

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 20 de Noviembre de 2009

Ilustración: Cecile Dormeau

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