Hace un par de días bajé de mi auto y no me di cuenta que puse mi pie dentro del desagüe, cuando me moví, caí de cabeza y necesité ayuda para levantarme porque mi pierna quedó inmovilizada.
Fue tan intenso el dolor del golpe que asistí a la guardia de una clínica para que me vieran.
El médico clínico que me atendió realizó las maniobras necesarias para ver si me había lastimado, me consultó sobre lo sucedido y podría decirse que fue todo lo correcto posible, salvo cuando me hizo el comentario innecesario de “estás grandecita”.
En ese momento se activó mi alarma, y una parte de mí anuló todo ese buen trato que hasta esa frase me había dado.
Recién hoy escribo del tema, creo que el enojo mayor lo tengo conmigo que no le dije nada en ese momento, pero la realidad es que estaba tan dolorida, que sólo quería que me diera algo y me asegurara que no me había hecho mal.
Triste es que, más allá de los antiinflamatorios que me recetó y la tranquilidad que intentó darme, una molestia mucho más profunda hizo luz en mi ser.
La gordofobia en el sistema sanitario es tan grande, está tan naturalizada, que incluso muchas veces yo le he consultado a los médicos si tal o cual afección se debía a mi peso.
Lo que hizo este médico de comentar sobre mi cuerpo estuvo mal, como están equivocados los cientos y miles de comentarios que escuchamos a diario que se meten con los cuerpos ajenos y más aún, es peor no parar a tiempo esas situaciones.
Escribo casi 5 días después de lo sucedido, para visibilizar una vez más que este tipo de conductas de los médicos no están bien.
Como no está bien ver una persona con un cuerpo gordo y que lo primero que te comenten es de la operación bariátrica, como si cortarse una parte del cuerpo fuera la solución a todos los problemas, sin hablar de lo mucho que ésta implica.
No dejemos que la gordofobia siga siendo moneda corriente en comentarios que se meten en las vidas ajenas y que siguen determinando que hay cuerpos buenos o malos.
Hay golpes que duelen mucho, pero hay palabras que destruyen muchas más vidas, seamos responsables y conscientes para dejar de naturalizar la gordofobia.
Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas
Nota publicada el 7 de junio del 2022
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