El Gordo Odio Cotidiano

La gorda mayor, o sea yo, se enfrenta en pleno supermercado a la compra de verduras…


Situación real: Una mujer de 60 kilos, empleada del supermercado, rellenita en algunas partes, cualquiera la encasillaría en el estado de normal, relativamente joven, se cree una diosa entre sus compañeros, dialoga con una mujer entrada en años que alguna vez fue flaca y se perdió entre los postres caseros, los suculentos guisos y añora sus épocas de cintura pequeña y piropos nutridos.


La gorda mayor, o sea yo, estoy directamente a la par de ellas, tengo que comprar tomates y ellas me entorpecen la compra. Ambas mujeres charlan animadamente, no les presto atención hasta que nombran la palabra mágica “gorda” y allí mi interés se posa sobre ellas, por cierto no me separo de su lado, ahora manoseo todas las verduras para escuchar lo que dicen.


Empleada del supermercado- A mí me puede decir cualquier cosa menos gorda…


Señora que se comió todos los postres de su vida- A mí me pasa lo mismo, no quiero que me llamen gorda…


Empleada del supermercado-Mi papá dice que me llama gorda cariñosamente, pero yo no tolero en absoluto que me nombren así, es ofensivo…


Señora que se comió todos los postres de su vida-Ayyyy siiiiiii, es horrible ser gordo

(La Gorda mayor sigue manoseando verduras bien al lado de ellas) Yo hice dieta el año pasado y me bajé 15 kilos, pero los volví a subir, no soporto ser gorda, ni que los que me rodean lo sean…


Empleada del supermercado-Yo me cuido mucho, no quiero ser gorda y detesto que me llamen así, las personas gordas son un horror…


Ante tanto pánico me separo de estos dos cerebritos por miedo a que se asusten o les agarre un infarto, capaz que no me vieron que estoy pegadas a ellas con mis 114 kilos y 1.80 de altura, antes de que me culpen de ser la generadora de desmayos masivos, infecciones de grasa y ansiedades por chocolates que luego les genere ataques al hígado, me marcho…


Gracias a Dios estoy vacunada contra la estupidez humana, que es mucho más grave que tener rollos, curvas y un alma sensible, se ve que hay personas que no tuvieron suerte con el reparto de cerebro…


En fin, que cada uno saque sus propias conclusiones, lo peor de todo es que esta charla y situación realmente existió…


Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 15 de Octubre de 2009

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