Comer como “gorda”

A qué nos referimos cuando decimos frases como “comí como una gorda”, “qué gorda, como comí” y podría escribir un sin número de comentarios poco felices.



La naturalización de esta frase, ante cualquiera, incluidos los gordos que los miramos con cara de “ey estoy acá y encima no estoy comiendo”, son parte de lo cotidiano que deberíamos repensar.


Los preconceptos que abarcan “comí como gorda o gordo” suponen que precisamente los gordos habitamos esa corporalidad porque arrasamos con la heladera, vivimos masticando, habla de que somos seres sedentarios, con incapacidad de movilidad, de hacer ejercicios o ser activos, que obviamente comemos todo lo que conceptualmente está prohibido, que no comemos verduras o frutas, porque supuestamente nuestra grasa es fruto de una dieta equilibrada y sistemática de comida chatarra.

A los gordos y gordas se nos asocia con seres que literalmente comemos todo el día y aunque la realidad es otra, aunque los estudios muestran que genéticamente somos diferentes y eso implica diversas corporalidades, hay un pensamiento instalado, claramente aceptado y asumido que los gordos y gordas somos así porque aún en sueños comemos.

Más allá de la ironía y en un mundo que dice evolucionar es importante repensar, readaptarnos y entender que con la información que hoy tenemos estigmatizar a la gente, encuadrarla en conceptos obsoletos, discriminadores y sectarios implica herir gravemente a muchos, y aunque las personas no lo digan, aunque hagan que no les importa y de algún modo desde su silencio acepten el pensamiento colectivo, porque elevar muchas veces la voz es exponerse a mayores malos tratos, la herida es grande, molesta e injusta. 

Que hay personas gordas cuya corporalidad es tal porque comen seguramente es así, no significa que en todos los casos sea una regla directamente proporcional, ahora simplificar que gordos y gordas sean así porque comen está mal, está equivocado y es absolutamente discriminador porque si alguien es gordo por comer, nadie tiene derecho a burlarse, ni hacer ese tipo de comentarios.

Seamos cuidadosos con nuestras palabras, impecables, cuidemos lo que sale de nuestro ser y si somos capaces de darnos cuenta que estamos cayendo en conceptualizaciones erradas, rectificarlas siempre es el camino, evolucionemos primero por nosotros, y luego porque nadie sabe la historia que atraviesa quien se encuentra a nuestro lado y un simple comentario puede destruir o elevar a un ser humano… 

Me amo, te amo y que bueno que haya gente que pueda comer, como sea, recordemos que hay muchos que en este momento mueren de hambre.

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 10 de septiembre de 2023

Ilustración: Freepik.es

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Aclaración de la autora: Los textos que aquí se encuentran son parte del pensamiento de una época de mi vida. Como todas las personas evolucionamos y no todo lo escrito en su momento es parte de mi pensar en la actualidad, sin embargo este blog muestra el crecimiento de mi persona y mi pensar respecto a la temática eje del blog.