Busco trabajo, soy gorda

Cuántas veces te pasó que ibas a buscar trabajo y tu esmero era exagerado en la preparación de tu curriculum vitae y en mostrar tu idoneidad para el trabajo para que el ofrecías tus servicios.


Sumabas horas de tu tiempo en vestirte “bien”, maquillarte prolijamente y poner tu mejor perfume, te fajabas hasta casi el cuello cuestión de disimular lo indisimulable y no comías un día antes, sólo para estar más deshinchada y todo para conseguir un trabajo…

Hay una realidad crítica que a veces nos cachetea cruelmente y es que la “gorda” siempre debe hacer su mejor esfuerzo para ser agradable, buena, gentil, agradecida y servicial, además de todas las condiciones profesionales para las cuales se preparó, porque en la selección de trabajo se mira el cuerpo y muchas veces, paradójicamente, pesa más una joven esbelta, flaca y con cara de pocos amigos que una gorda que se destaque por sus méritos académicos y profesionales.

Enfrentarse a un selección de trabajo no siempre es fácil, en algunos formularios que se deben completar te piden el peso, y no estamos hablando de un puesto de modelo, como si éste tradujera nuestro potencial para el trabajo, sentimos que nuestra preparación de años no es válida y hasta tomamos una actitud tan congraciada con quienes pueden emplearnos que de algún modo se aprovechan para que no sólo realicemos las tareas correspondientes, sino para que les sirvamos para sus asuntos personales, porque como muchas veces he escuchado “la gorda es buena”.

Una pena que haya muchos sectores de esta sociedad que midan el ingreso de una persona al trabajo por condiciones físicas y de una belleza hipócrita, más que por la capacidad que la misma tiene…

Ser gorda o no debería ser un atributo más de las personas y no una de las condiciones importantes para entrar o no a un trabajo…


Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 24 de Junio del 2009

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