“La niña que llamas GORDA, pasa días sin comer para bajar de peso. Al niño que le dices BRUTO, quizás tiene problemas de aprendizaje. La mujer a la que acabas de llamar FEA, pasa horas arreglándose para que personas como tú la acepten. Del joven que te BURLAS en la escuela, quizás recibe abuso en su hogar como para que tú sigas destruyendo su autoestima…”
Esta frase está recorriendo la red y sinceramente me dio ganas escribir una vez más acerca de este tema que a todos nos toca de algún modo, nadie está exento de sufrir algún tipo de maltrato que parece destruir en un segundo todo lo hecho en post de acallar las burlas.
Creo que si tantos de los que torturan a diario a millones de personas en este mundo por ser de distinto color de piel, porque son obesos o hiper flacos, porque tienen nariz grande o son pequeños de tamaño, porque les cuesta pronunciar palabras o tienen dificultades de aprendizaje, realmente dimensionaran la capacidad de destrucción que tienen sus insultos, sus risas irónicas y las vivieran en carne propia creo que serían incapaces de volver a atropellar la humanidad de otra persona con esas viles palabras…
Yo asumo, porque no quiero pensar que tanta maldad puede radicar en otro ser humano, que muchos de las burlas son hechas por personas poco pensantes, que evidentemente han recibido poco amor y por ende lo único que son capaces de dar a los demás es algo triste y feo como sus palabras, que son un fiel reflejo y un retrato visceral de sus propias miserias.
El tema es que si bien el problema es de quien tira esas bombas destructivas hacia la humanidad de otro ser, no es fácil salir indemne de situaciones en donde uno es puesto en ridículo, donde es maltratado, porque la verdad es que uno siente vejado su ser, su esencia, se siente que el respeto hacia su persona fue atropellado, vapuleado y es difícil recomponerse cuando estas situaciones se repiten.
Yo no sé si todos lo dimensionan, pero una cosa es una burla o un comentario alguna vez en tu vida y algo muy distinto es ser maltratado cotidianamente y muchas de estas personas ni siquiera cuentan estos tristes sucesos a sus familias o amigos, porque sienten vergüenza de tener que decir que ellos son el centro de una campaña sistemática de tortura.
Claro, a esta altura puede que muchos que leen esto piensen que es exagerado al nivel que estoy llevando estas situaciones, pero sólo quiero que sepan que mucho de lo que cuento lo viví en carne propia hace muchos años, pero lo más duro es leer a muchas personas que me cuentan que atraviesan por graves maltratos verbales e incluso físicos a causa de que no cumplen con los estándares de un par de cabecitas que creen que el mundo se termina en el estereotipo de todo lo que conlleva el maldito 90-60-90.
Algo más, muchos somos los que hemos sufrido estas situaciones y es hora de revelarse frente a esto y tomar las riendas de estos agrios momentos porque uno no viene a esta vida a ser infeliz, pero por otro lado vos que sos amigo, madre, familiar, o simplemente sos un simple testigo de momentos desagradables donde una persona es puesta de referente de burlas debés hacer algo, porque callar, sonreír nerviosamente sin saber que hacer, o simplemente silenciarte te vuelve un cobarde como esos infelices que necesitan de quienes no son como ellos para poder descargar la basura que reside en sus almas.
Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas
Nota publicada el 1 de Abril de 2011
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Aclaración de la autora: Los textos que aquí se encuentran son parte del pensamiento de una época de mi vida. Como todas las personas evolucionamos y no todo lo escrito en su momento es parte de mi pensar en la actualidad, sin embargo este blog muestra el crecimiento de mi persona y mi pensar respecto a la temática eje del blog.