Atreverse a no pensar (en el dictado social)

Atrevámonos a pensar sólo por el tiempo que dure la lectura de esta columna en la posibilidad de comer lo que queremos, en el hecho de que el mundo ese que siempre nos mira deja de hacerlo, en que las culpas desaparecieron y en que jamás escuchamos ni leímos, es más nunca apareció toda la información acerca de la obesidad y lo mala que es para nuestra salud.


Por un rato escapemos de las burlas, de los comentarios hirientes, de las miradas perturbadoras, del sarcasmo y de las dudas acerca de cuán lindo somos…




Imaginemos que nuestra belleza es adecuada para este mundo en el que vivimos, que quienes deseamos que nos miren lo hacen con placer, con ganas, con dulzura, que recibimos comentarios aduladores…


Un instante de verdad, sin excusas y sin reproches, sin culpas, donde decidimos comer porque nos encanta hacerlo, porque disfrutamos de la comida…


Saborear ese pedacito de chocolate sin pensar en calorías, comer el trozo de pastel sin dejar la mitad, no sentir el peso de los otros sobre nuestro helado, comer un bocado grande de pan sin que nos de vergüenza hacerlo en la calle…


Por un rato sintámonos libres de decir que nos gusta comer, que es un placer la comida en nuestras vidas, que nuestros rollos son el resultado de encuentros maravillosos con amigos y familia con tallarines o asados de por medio.


Tenemos claro cotidianamente todos los “no” que nos repetimos y nos grita la sociedad…, pero al menos entre nosotros, los que también gustamos de la buena comida, saboreemos de este tiempo en paz, aunque sea hasta que los salude hasta la próxima y volvamos a hablar de nosotros, los gordos, aunque yo sea la más gorda de todas…y obvio ME ENCANTA COMER…

Laura A. Pereyra - Yo la Más Gorda de Todas

Nota publicada el 11 de Septiembre de 2009

Ilustración: Pinterest

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